Mucha gente decide terminar con su vida luego de que algún suceso negativo los deja tambaleando psicológicamente.
Todos los días, a toda hora, en alguna parte del mundo siempre hay una soga que aprisiona un cuello... un arma que gatilla sobre una cabeza... una sobre dosis de pastillas... un filo intruso que impide el flujo sanguíneo de las venas... un cuerpo que reposa sobre las rieles esperando la llegada de un tren.
De un tren que lo llevara hacia donde jamás podrá regresar.
Algunos nunca entenderan el porque de estas decisiones.
Se dirá que siempre hay una manera de salir adelante pase lo que pase.
Sea lo que sea.
La muerte de un hijo, una esposa, un esposo, un hermano, un padre una madre.
Una mala pasada en el casino.
Un examen reprobado para el cual tanto se estudio.
El despido de ese trabajo que tanto hacia falta.
Un engaño.
Una traición.
Cualquier causa puede desencadenar en un acto de locura para quienes lo ven desde afuera.
No tan loco para quienes lo miran desde adentro.
Existe alguna manera en que las personas que deciden terminar con sus propias vidas se arrepientan de tan dramático suceso.
Posiblemente si se plantea ese arrepentimiento antes de poner en marcha el método que se pensó para llegar a la muerte, la respuesta sea un SI.
Pero que sucede cuando tal método ya se ejecuto.
Ya no hay tiempo de volver a la cima desde donde se lanzo, o de abrir una ventana para que salga el monóxido que se junto, o de cortar la energía que se propino.
La única posibilidad de arrepentimiento va ser analizada seguramente en la otra vida. Claro, si es que existe la vida después de la muerte.
¿Que pasa si la vida después de la muerte no es otra que la verdadera vida real?
Mi historia es muy difícil de contar.
Yo creo que debo ser la única persona en el mundo que logro volver de la muerte aun cuando creía que eso era imposible.
Hasta el día de hoy sigo atónito por lo que me paso.
Mi 1ra vida comienza así...
martes, 12 de mayo de 2009
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