Todo tenia que salir como una verdadera fiesta, aunque la rivalidad que hay entre las dos hinchadas hacia suponer que había muy pocas posibilidades de que esto sea asi.
Eran casi las ocho y media de la noche (Aunque ahora anochece tipo 11 pero bue..) cuando aborde el 600 con destino a Nueva Italia.
En ese momento comenzó mi calvario... En el interminable recorrido el colectivo se pobló de decenas de hinchas albirojos, claro, solo a un loco demente se le puede ocurrir subirse con la remera, bandera y demás merchandeasing académico a un bondi comúnmente utilizado por la comunidad de instituto.
Trate de pasar los mas desapercibido posible. Ni siquiera parpadeaba, de pedo que respiraba. Tenia mi cuerpo tieso, cruzado de brazos, clavando la mirada sobre la ventanilla. Si, estaba cagado. No era para menos, era el único hincha de Racing en un bus empañado de rojo y blanco.
Por fin me baje. Fin de mi osadía. Me esperaba mi primo Agustín con las entradas en mano. Fuimos rápidamente hacia la cancha. Cola interminable pero logramos entrar minutos antes que comience el partido...
---Y yaaa lo veee, y yaa lo vee, estan bailando con el Racing cordobes---
Y si, el dos a cero arriba representaba la aplastante superioridad académica, tanto en el campo de juego como en las tribunas. La alegría estaba desatada. Canticos revoleo de remeras y demas agites del folclore futbolero. Pitido del final del 1er tiempo. Algo esta por pasar, algo esta por venir diria Beto Quantro, el personaje de Diego Capusotto.
Y si, el dos a cero abajo representaba la aplastante humillación albiaroja, tanto en el campo de juego como en las tribunas. La furia estaba desatada. Rotura de alambrados, revoleos de piedras, incendios y demás vandalismo futbolero. El pitido de inicio del 2do tiempo nunca sonó.
La batalla campal había comenzado. Heridos, niños llorando, gente con ganas de disfrutar el espectáculo tratando de protegerse en los mas efímeros rincones.
¿La policía? Mirando... Como si fuera un espectador mas, la verdad, lamentable. Mas de 15 minutos sin reaccionar. Luego vendrían uno tras otra las balas de goma, hacia ambas parcialidades. Pero ya todo estaba consumado...
La furia seguiria en las afueras del estadio, autos, casas, negocios nada se salvo del vandalismo Albirojo. La gente de la acade, dentro del estadio por obvias razones, disfrutando del gran trunfo y a la vez decepcionada a causa de que un grupo de inadaptados pelotudos negros de mierda merecedores de lo peor, se encargaron de opacar todo lo que tenia que salir como una verdadera fiesta.
viernes, 25 de enero de 2008
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